Ubicación bonita y perfecta, a 15 minutos a pie del Palacio de Schönbrunn. Habitaciones lo suficientemente espaciosas y modernas. Empleados complacientes, increíblemente agradables y con buenos modales. Restaurante que sirve comida asiática. Habitaciones con cocina y ventilación.

La habitación y el dueno del hotel que fue muy amable y nos indicó todo muy bien.

Toda la habitación era moderna y tenía una caja fuerte personal, una nevera y una zona de comedor. La cama era grande y el personal era complaciente. Al lado de la estación de metro, la ubicación era perfecta y maravillosa, respecto al centro de viena. Comimos buenos manjares en Airest Cafe Schoenbrunn, situado cerca del hotel.

La habitación era moderna y estaba equipada con una ducha, secadores de pelo y toallas de baño. El dormitorio era bastante bueno y el personal era complaciente. La ubicación al lado de la estación de metro era perfecta y maravillosa, ya que estaba cercana al centro.

El responsable del hotel Angel ha sido super amable con la información brindada. La habitación era preciosa y las instalaciones super confortables. Muy cerquita del metro Schömbrun.

La ubicación está bastante alejado del casco antiguo de la ciudad.

El trato del dueño del hotel fue excelente, muy amable y atento en todo momento. El hotel está impecable, limpio, todo nuevo, es pequeño y muy acogedor y situado muy cerca del palacio de Schonbrunn y a escasos metros de la parada de metro del mismo nombre. Comparando precios con el resto de hoteles que vimos en Viena dudo mucho que se pueda encontrar algo mejor, ya que ésta es una ciudad de un nivel de vida bastante alto.

Nada. Por decir algo, está bastante lejos del centro, pero muy bien comunicado por metro.

El hotel era un excelente lugar para disfrutar, con una zona residencial cerca del centro de la ciudad, la estación de metro y el supermercado. Teníamos una habitación espaciosa con una cama súper cómoda y una caja fuerte privada.

Las habitaciones pues se ve que se tomaron tiempo en decorarlas y se olvidaron del resto

Las habitaciones están bien decoradas y son cómodas pero ahí se queda ya que se olvidaron del resto, además las habitaciones se encuentran en el sótano por lo que dentro de ellas da la sensación de claustrofobia ya que al ser un sótano las dos únicas ventanas son las típicas pequeñas que se encuentran en el techo, el baño se encontraba arriba alado de recepción con las incomodidades que conlleva a la hora de usarlo sin contar con que aveces salías de la ducha en bata y te encontrabas con un nuevo huésped que acaba de llegar, las habitaciones no tienen minibar, el desayuno que dice que cuesta 6€ no es un servicio del hotel ya que el recepcionista te manda a desayunar al bar de la esquina